miércoles, 30 de marzo de 2011

poema nº 32

Dame alas
Para volar,
Ya que las mías
se encuentran perdidas,
Siendo condenada
En el más allá,
A ser esclava
De tus mentiras.

Permíteme regresar,
Ya que soy,
La cura de tus heridas,
Ya que, para
Tu delicado paladar,
Soy la deseada
Manzana prohibida.

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