domingo, 4 de julio de 2010

texto nº 1

Rodeada de estas frías cuatro paredes, vuelvo a la rutina de todas las noches, pero hoy con una excepción, esta ahí, mi mirada se cruza con la suya y me siento atrapada, siento como si una fuerza sobrenatural me impulsara, soy incapaz de frenar.

Me siento a su lado y su calor me invade por dentro y eclipsa la frialdad de mi habitación, su aroma se convierte en una droga para mí, que a todas horas deseo poseer. Pero antes de que mi piel roce la suya, le pido al tiempo que se pare, que nada importe ya que para mí lo importante estaba ahí.

Lenta y suavemente mi piel entra en contacto con la suya, siento como mi corazón se acelera, ya no puedo parar. Recorro cada parte de su cuerpo, memorizo cada rincón, ¡Es tan bello! Cada vez voy quedando más hipnotizada. Cada momento que pasa siento más ansias de saborear el néctar de sus labios pero…. No, aun no, es todavía pronto.

Llego hasta su cuello, aquel hermoso lugar que tantas veces e deseado recorrer con mis labios y ahora era la ocasión. Mientras lo beso siento como su piel responde a cada roce de mis labios, como su corazón entra en armonía con el mío. Levanto la mirada y ahí está la suya tan radiante como siempre, me transmite tranquilidad, voy subiendo cada vez más, estoy mas cerca de sus labios, de aquel deseado lugar y noto como el calor de la pasión cada vez es más intensa en mí. Me dirijo a besarle pero… no, su rostro muestra una sonrisa, vuelvo a mirarle a los ojos y esta vez están agotados me ruegan que termine ya, pero no puedo. Me dirijo hacia su oreja, mientras le susurro noto como por fin su cuerpo se hace mío y sus labios sin decir ni una palabra me gritan que los bese.

Ya a acabado la espera, por fin veo cumplido mi deseo, me acerco lentamente mientras percibo su respiración entrecortada y como su aliento recorre cada rincón de mi cuerpo, siento que sus labios son tan frágiles que me da miedo romperlos, pero ya no puedo esperar más. Cada vez mas cerca, los puedo rozar, siento como su corazón esta apunto de estallar y como nuestros labios por fin se van a fundir en una explosión de sentimientos incontrolados cuando……..

Suena el despertador, ¡No puede ser! Miro a mi alrededor y no hay nadie, me siento un juguete en las manos del tiempo, me ha vuelto a engañar. Ahora solo me queda esperar a que aquel hermoso sueño algún día se convierta en realidad.

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