poema nº 41
Descalza
la he visto caminar,
a la niña
cuyo rostro,
se niega a mostrar.
Junto al muelle
se ha ido a sentar,
el muelle del olvido
se hace llamar.
Pero... ¡me niego!
a dejarte marchar,
espíritu libre
que has dejado de brillar.
Por una simple lagrima
que te han hecho derramar,
no puedes toda tu vida
tirarla a la mar.
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