El silencio,
triste y desvalido,
busca las palabras
que un día,
se perdieron
de mi boca.
Solas,
andan sin sentidos,
por el camino frío,
que llega
hasta tu ropa.
Y allí,
sujetas sobre un hilo,
se encuentran las palabras
de mi esperanza rota.
En busca,
del mínimo silbido,
que le haga revivir,
como una débil,
rosa roja.
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