Ángel que ante mi cama
Te fuiste a posar,
Pensando que eras un sueño
Desee no despertar.
Y como si de una rosa se tratase
Que con dulzura hay que cuidar,
Sobre mis sabanas te posaste
Y de ahí,
Nunca, te dejare marchar.
Y mirándote a los ojos
De los cuales,
Ya no puedo escapar,
Le rogaba al tiempo,
Que se detuviera
En ese lugar.
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